Dos Minutos en Córdoba

Con un par de integrantes demorados en una comisaría en Santa Fe, unos cuantos alcoholes de más y los ojos achinados por el sueño, la banda llegó a Córdoba para repasar viejos temas en una hora y cinco minutos de show.
Natalia Rozada (desde Córdoba)


Desde Valentín Alsina hasta Córdoba, con escala en Santa Fe donde dos o tres integrantes de la banda bajaron a "visitar" a sus amigos uniformados. Como es ya casi una costumbre, Dos Minutos llegó a la docta con prontuario de por medio, esta vez por hacer disturbios y agredir al chofer del colectivo que los transportaba.
Al mediodía, luego de numerosos esfuerzos por despertarlo, Wálter "Mosca" Velásquez llegó a la radio local del rock, donde pudimos dialogar con él para que nos resumiera algunos de los proyectos de la banda para este año.
Uno de los objetivos más importantes expresados por el cantante de la banda, es la grabación de su nuevo disco para el cual, según manifestó el Mosca, no tienen compañía por el momento. "Tenemos muchas ganas de sacar un disco nuevo, estamos ahí viendo las posibilidades y si lo podemos hacer. Más o menos estamos tocando entre dos y cuatro temas nuevos por show", dijo la voz de la banda quien agregó: "En realidad a esta altura creo que no tenemos ni compañía. Toda la historia discográfica de Dos Minutos estuvimos en dos compañías (Polygram y después DBN) y ahora estamos flasheando (sic) que hacemos: si lo vamos a grabar independientes o si vamos a buscar otra compañía. En realidad no sabemos, las canciones están".
La banda viene de presentarse en Méjico, Costa Rica, Panamá, Colombia y Perú. "Ahora venimos tocando en varias provincias del país, estuvimos en el sur y en el norte. Lo último que hicimos fue Misiones y Resistencia. Vamos a estar tocando en Bahía Blanca. Estamos tocando y eso es bueno", señaló el Mosca.
Convencidos de que su relación con el público está en "que les llegan las letras y se sienten identificados", ellos aseguran: "Generalmente en todos lados nos quieren. Cada público es diferente pero cada público tiene su furia. Está todo bien en todos lados".
Recordados como la primer banda punk argentina en entrar en el gran país del norte, Dos Minutos trabaja la idea de volver por tercera vez a las tierras del Misisipi: "Queremos ver si podemos entrar a tocar de nuevo a Estados Unidos porque ahora tenés que sacar visa y todo eso... fuimos dos veces y después nunca más volvimos, porque ahora ya es un problema. Papeleo y ese tipo de boludeces. La última vez que fuimos a Puerto Rico, que Puerto Rico es como una estrellita más en la bandera, nos deportaron con fotos y todo por no tener visa de trabajo y esas cosas. También queremos ver si podemos ir a la vieja Europa a roquear un poco".
El Show
La apertura estuvo a cargo de Percados y 250 Centravos (de Córdoba), ésta última banda viene manifestando un crecimiento importante y el público local está reconociendo ese esfuerzo. La ausencia de Bastarddos, banda anunciada en las promociones del show, se debió a la grabación de "Fiesta, Bogo y Alcohol" su primer disco oficial (tienen 5 producciones independientes) y a diferencias con la organización del evento, según manifestó el batero Darío Peralta.
Cinco minutos antes de las tres de la madrugada subieron los grandes protagonistas de la noche. Las más de 500 personas que se congregaron para escuchar a Dos Minutos corearon cada uno de los temas que desfilaron por el escenario, logrando que pasara desapercibido el hecho de que pocos temas pudieron escucharse claramente ya que el Mosca no se encontraba en su mejor noche.
Valentín Alsina fue el tema inicial y le siguieron éxitos como Todo lo miro, Borracho y agresivo, Canción de Amor, Piñas van, entre otras y la presentación de Esencia como tema nuevo. El momento de mayor eforia fue cuando interpretaron Ya no sos igual, momento en que el público se transformó en una masa incontrolable que no paraba de saltar.
Una hora más tarde, el show acababa. Poco a poco fueron desalojando el lugar. Un show con "gustito a poco", donde la gente se encargo de hacer que valga la pena y darle vida a una verdadera ceremonia del punk.