De Rotten a Luca Prodan

John Lydon abandonó su disfraz de Johnny Rotten cuando los Sex Pistols terminaron, y retomó su nombre real en 1978. A lo largo de su historia, su opinión sobre Sid Vicious fue requerida muchas veces. Pero a medida que pasan los años, su recuerdo se permite alguna emoción en lugar del típico sarcasmo. A mediados de 2008, le reconoció a la revista británica Mojo que extraña a Sid Vicious, y que los ojos se le llenan de lágrimas "cuando pienso en el pobre diablo. Muy divertido. Muy payasito. De naturaleza dulce. Nada era sagrado para Sid. Era dulce, pero también muy capaz de dártela por la cabeza con una cadena de moto. (...) Cuando era jóven había una batalla constante por mantener a Sid alejado de los excesos de heroína de su madre. (...) Cuando miro hacia atrás, siento que lo defraudé. Lo traje demasiado tarde a los Pistols; si hubiera estado desde el inicio habría llegado a un nivel más competitivo. Es un problema: el camino a la ruina está pavimentado de buenas intenciones".Jah Wobble, ex guitarra del grupo de Lydon, P.I.L., y también amigo de ambos de los días de escuela, afirma: "Sid corporizó lo que el punk tiene de oscuro, decadente y nihilista. Fue ofrecido como chivo expiatorio por los que estaban alrededor de Sex Pistols: ninguno de ellos se habría pasado de la raya. Sid era su piloto kamikaze, y ellos más que felices de atarlo y despacharlo". Luca Prodan lo conoció en Londres, en 1977, y no tuvo un buen recuerdo de Vicious. En 1986 le dijo a un grupo de periodistas argentinos: "Sid Vicious era un tarado, insoportable, no se podía hablar con él. Si estaba en esta habitación, lo echábamos por estúpido".