El legendario grupo The Faces regresa, pero sin Rod Stewart


Luego de su despedida en 1975, y tras algunos intentos fallidos de reunión, el guitarrista Ron Wood confirmó que The Faces volverá a los escenarios, pero esta vez con el cantante de Simply Red, Mick Hucknall, en la voz.
La recordada agrupación tendrá a sus tres miembros originales -Wood, Ian McLagan en teclados y Kenney Jones en batería- y un nuevo bajista en reemplazo de Ronnie Lane, Glen Matlock de Sex Pistols.
La formación, sin duda, es prometedora y el reencuentro no parece ser una mera acción de marketing destinada a sacar rédito de la nostalgia. De hecho, Wood le confío al periódico inglés The Guardian que el entusiasmo es tal que quizás The Faces salga de gira.
"Estamos sonando tan bien que pensamos que tendríamos que salir a la ruta. El sonido es más fresco que nunca y más focalizado", aseguró. Por lo pronto, el regreso está pautado para el festival Vintage at Goodwood, que será en agosto.
En este concierto Hucknall, quien se despidió de Simply Red hace poco tiempo, tendrá la difícil tarea de ponerse en el lugar de Rod Stewart, con quien comparte cierta tonalidad en su voz y algunos ademanes.
De todos modos, ni Wood ni el resto de sus compañeros descartan que el vocalista inglés revise su negativa inicial a la reunión y pueda sumarse después a su ex banda.

Charly García va por la conquista del Ruca Che

Después de su exitosa gira por México, llenar tres Luna Park con conciertos inolvidables, Charly García está de regreso en la ciudad. Es que el bicolor se presentará mañana, a las 22, en el estadio Ruca Che, donde revisitará diferentes obras de su extensa carrera.
Las entradas anticipadas para el show se pueden adquirir en Saturno Hogar (Alcorta 261), en Casino Magic y vía on line en www.viaticket.com.ar.
Desde 2009 Carlos García Moreno viene realizando una serie de presentaciones, cada vez más intensas, junto a sus amigos Fabián Zorrito Von Quintero (teclados), el “Negro” García López (guitarra), Hilda Lizarazu (voz y coros) y el fiel trío chileno integrado por Kiuge Hayashida (guitarrista), Carlos Ludwig González (bajista) y Toño Silva Peña (batería).
La última presentación de Charly fue en Córdoba ante unos diez mil seguidores. Hecho que se produjo después de llenar tres Luna Park, recitales muy bien calificados por la crítica especializada.
En este renacer del cantante, todo aquel que visite el estadio del Oeste se topará con una parte del mejor García. Conectado directamente al piano, algo que hace que vuelva a sus orígenes, para dar despliegue a un show que oscilará por diferentes picos de emoción.
Además de gran variedad de inmortales clásicos del rock nacional, el público de la región podrá disfrutar de “La medicina del amor” y “Deberías saber por qué”, dos de las nuevas canciones que García viene incluyendo en su repertorio.
En un adelanto exclusivo para La Mañana de Neuquén (domingo 20 de junio), García contó que las canciones citadas serán parte de su próximo disco "Kill Gil", una placa que ya está masterizada y que estaba pensada para salir a luz en 2008.

Spinetta

El paso de los años le sienta bien al Flaco Spinetta. En el saludo de bienvenida a la legión de fieles que se convocó el sábado en Metropolitano se comprobó que las seis décadas de vida le aportaron un saludable toque mundano.

No es común que el poeta del rock salude a su sobrino nieto Felipe, a su suegro Mario, que estaba en la sala en el día de su cumpleaños, y que trascartón celebre el triunfo de la selección argentina de fútbol. Todo eso sin antes haber tocado un sólo acorde.

Ese otro Spinetta, que además pidió por la pronta recuperación de "una estrella" como Gustavo Cerati, ofreció un show intenso, sutil, de alto vuelo estético, con momentos emotivos y guiños a la nostalgia.

De Spinetta Jade a Almendra, de Pescado Rabioso a Charly García, de Fito Páez a Atahualpa Yupanqui, y de allí a "Un mañana". Esas fueron las rutas que recorrió el Flaco en su show de Rosario, en un viaje placentero y sin tránsito cargado.

"Uno de los problemas que tengo es que no tengo banda" ironizó Luis Alberto Spinetta. Todavía estaba en el aire el final de "Amor de verdad" y ya arrancaba el blues demoledor "Yo miro tu amor". Era como para agrandarse con este grupo: la base de Nerina Nicotra (bajo) y Sergio Verdinelli (batería) fue una pared de sonido y Claudio Cardone, crédito rosarino, cada vez crece más como tecladista, y en el show también exhibió su buen gusto como compositor. Como si faltara algo, tocó como invitado el guitarrista Baltazar Comoto, que es un buen complemento para el Flaco, ya que le da un registro más explosivo al sonido de la banda.

Dos horas de show fueron más que suficientes como para dar un paneo de este presente artístico de Spinetta. Con perlas propias y joyas prestadas, el Flaco va. Porque no sólo apela a la nostalgia con "Cementerio Club", de Pescado, o "Alma de diamante", de Jade, sino que también se luce con versiones bellísimas de "Las cosas tienen movimiento" de "un rosarino divino Rodofo Fito Páez", o la sorpresa de "Filosofía barata y zapatos de goma", de Charly García, a quien identificó como "El flaco", lo que sonó extraño ya que para los presentes existe un solo Flaco en el rock nacional. También hubo lugar para "Guitarra", de Yupanqui y Gieco, y otro tema que hizo con León, "8 de octubre", que muestra su preocupación con la problemática social. En ese registro volvió a brillar "La bengala perdida" y "Alma de piedra".

"Rutas argentinas" llegó para los bises y redondeó un show intimista, cálido, con un Spinetta que es como los buenos vinos, con el paso del tiempo cada día sabe mejor.

“Un León D-Mente”

El solista presentó su último álbum “Un León D-Mente” en el Casino Club de Posadas, con la participación de la banda de Andrés Giménez , reversionando varios clásicos de Gieco pero sin dejar pasar sus solos de armónica ni la participación en conjunto con el cantante misionero Joselo Schuap, en una noche única que cautivó a cientos de fans que disfrutaron de un repertorio atrapante e innovador.

El show comenzó con León Gieco solo en el escenario mostrando imágenes en las pantallas del casino de cuando el cantautor tenía 19 años, recordando un poco su gran camino por la música argentina desde muy joven con más de 40 años de trayectoria, acompañando las mismas con el tema “Hombres de Hierro”, con el cual dio inicio al recital. La gente acompañó coreando al pie de la letra la canción que no solo la multitud que llenó el Casino Club de Posadas pudo disfrutar sino también los fans que desde afuera siguieron al cantautor a través de la pantalla gigante que se colocó frente al Casino trasmitiendo en vivo lo que ocurría en el interior.

Luego Gieco hizo referencia a dos temas que marcaron la época de los gobiernos políticos de los años 60´y 70´en adelante, a la cual denominó “época de la malaria política”, así mientas transcurrían fotos ilustres de aquellos gobiernos del país, el “León” recitó las letras del tema “Soy un pobre agujero”.

Siempre con imágenes alusivas a la época, en este caso de los gobiernos y situaciones del país en los años 75´ y 76´, el cantante anunció que también fue el año en que compuso el tan conocido tema que recitó con el coro de los presentes, “Solo le pido a Dios”.

Ya con un clima más intimo entre el público y el protagonista de la noche, el cantautor defensor de los derechos humanos y la solidaridad con los marginados, anunció que le pidieron que componga el Himno del Bicentenario de la patria, pero para él la canción de los 200 años de Argentina debería ser el poema de la compositora argentina, María Elena Walsh, “Como la Cigarra”, el cual Gieco recitó cantando con las imágenes de fondo de quien es conocida por sus obras infantiles como así también por formar el dúo Leda y María junto a Leda Valladares.

Valladares, artista tucumana relacionada con el folklore cotidiano del noroeste, también tuvo su lugar en reconocimiento del ex cantante de Los Moscos, quien citó el “Canto a la rama”, en honor a quien para Gieco es considerada “una de las transgresoras más grandes que tenemos”.

Los fans no cesaban de ingresar al Casino Club Posadas, nadie se quizo perder e increíble show de Gieco quien siguiendo con la línea histórica de su cancionero, le cedió un lugar muy importante a la mujer, a las cuales homenajeó cantando “Canción de amor para Francisca” e invitando a los presentes a aplaudir en los momentos en que se sientan identificados con las mujeres reconocidas que aparecieron en las pantallas del Casino, ente ellas las mas ovacionadas por el público fueron la escritoria argentina del Posmodernismo, Alfonsina Storni, la política Eva Perón, como así también entre otras reconocidas las imágenes de la fallecida periodista Marta Merkin fue muy aplaudida.

Y como no podía faltar en el repertorio del santafecino, entonó “La memoria” en honor a las Abuelas de Plaza de Mayo, antes de cantar lo presentó diciendo “siempre la canto los 24 de marzo”, haciendo referencia a la dictadura militar instaurada en la Argentina el 24 de marzo de 1976, autodenominada como Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), la cual estableció una metodología de eliminación masiva de opositores, que ha sido considerada judicialmente como un genocidio, durante el cual fueron detenidas-desaparecidas miles de personas, con utilización en gran escala de centros clandestinos de detención (CCD) donde se procedía a su tortura, asesinato y desaparición de los cuerpos. Este día Gieco lo denominó como “el día más triste y oscuro de nuestro país”.

Misionero loco

León invitó al escenario al músico de la tierra colorada, Joselo Schuap, llamandoló de manera graciosa “invito a pasar a un misionero loco que sabe cantar” con quien compartió una serie de canciones entonando desde temas de Mercedes Sosa como ser “Carito” hasta algunos chamamés que hicieron levantar las palmas de los misioneros que acompañaron con gran fervor todo el recital.

El plato fuerte

Luego de una hora arriba del escenario el solista llamó al plato fuerte de la noche, el grupo D- Mente, liderado por el cantante ex A.N.I.M.A.L Andrés Giménez, Lisardo Álvarez ex guitarrista de Tostus Toss (guitarra y coros), Marcelo Baraj (batería) y Cristian Cocchiararo (bajo), quienes subieron la adrenalina y energía al público con sus melodías vocales y poderosos riffs de guitarra que acompañaron a Gieco en sus temas tradicionales pero con un toque más “roquero” en su último álbum, “Un León D-Mente”.

Tras una pequeña introducción de cómo se formó a mediados del 2006 la banda que tiene como voz principal al ex ANIMAL, comenzó a sentirse el “power” de la banda roquera junto a la voz clásica de Gieco entonando “Cinco siglos igual”, para luego continuar con “Hombres de hierro” y así sin respiro para los protagonistas ni para los fans que hicieron del Casino un escenario típico de recitales llegaron dos de los temas mas conocidos del repertorio del “león”, en primer lugar “En el país de la libertad”, el cual ante el pedido de Giménez fue acompañado con los celulares de todos los presentes en alto creando un panorama único en la noche de ayer.

Pocho presente

Un de los temas mas acompañados fue “El ángel de la bicicleta”, el cual destaca y recuerda al militante social rosarino asesinado en medio de la represión llevada a cabo por la policía de la provincia de Santa Fe, Claudio “Pocho” Lepratti, la canción parafrasea la expresión que gritaba Lepratti al ser ejecutado: “Bajen las armas, que aquí sólo hay pibes comiendo”.

Llegando al final de la noche Gieco junto al grupo D-Mente no se olvidaron de pasar por los temas reconocidos y aclamados por la gente como “La mama de Jimmy” y “Pensar en nada”, este último fue el tema de despedida del show en el Casino, pero ante la constante aclamación del público que entonaba el popular canto “una más y no jodemos más” los protagonistas salieron al escenario y con todos los fans de pie entonaron “La rata Lali” cerrando así una noche que tuvo música para todos los gustos, desde folklore y chamamé hasta llegar al rock.

La noche terminó con el tema musical de fondo compuesto por Raul Porchetto y Leon Gieco, la denominada hasta el momento “Canción del Bicentenario”, la cual fue entonada por ambos compositores hace pocos días en Buenos Aires en el marco de los festejos por los 200 años de la conformación del Primer Gobierno Patrio.

Catupecu en el Luna: prefacio de lo que vendrá


Un disco clave: Simetría de Moebius es un disco clave para Catupecu Machu. Se trataba del primer álbum completo después del accidente de Gabriel Ruiz Díaz, y la incertidumbre y expectativas previas no eran menores. El singular y determinante aporte que Gabriel había realizado como bajista, compositor y productor, resultaba imposible de reemplazar. Fernando encabezó la puesta en marcha de una nueva química para extender el espíritu inquieto de la banda, y los resultados difícilmente pudieron ser mejores. Simetría de Moebius es un disco árido, oscuro, singular y lleno de música. Una confirmación de la salud creativa de la banda. El show del Luna funcionó como la puesta en marcha de la gira que lo presentará por buena parte de la Argentina y se extenderá a algunos países de Latinoamérica.

Todo en su lugar: La banda se tomó muy en serio la presentación oficial del disco y el hecho de que se realizara en un contexto como el Luna Park. "Mucha gente estuvo trabajando muchas horas para que todo funcionara así", explicó el propio Fernando Ruiz Díaz. Ese esfuerzo se notó desde el primer momento. En un escenografía esmerada que en los laterales se extendía para acercarse más a la gente, la cuidada puesta de luces y un sonido que sobrellevó con precisión el desafío multicapas de las composiciones de Simetría. . No olvidemos que hace pocas semanas Megadeth quedó atrapado en una telaraña de volumen brutal, acoples y ausencia de definición.

Simetría viva: "Confusión", "Piano y RD", "Anacrusa", "Alter ego... Grito alud", "Juego sagrado", "Cosas de goces", "Víbora vientre", "Nuevo libro", "Simetría de Moebius Barolo y Salvo" y "Batalla" (con una gran zapada, Javier Weintraub en violín y Roberto Petinatto en saxofón). Los Catupecu tocaron todo el disco nuevo de un tirón. Y en el mismo orden. En rigor, dejaron "Abstracto" para cerrar el show y amplificar su resonancia espiritual. La decisión le quitó un poco de electricidad a la primera parte del concierto. Pero también lo dignificó. Seguramente Fernando (voz, guitarras y bajo), Javier Herrlein (batería y percusión), Martín Macabre González (voces, piano, sintetizadores y bajo) y Sebastián Cáceres (bajo y guitarra), sintieron que era un disco para presentar al detalle. Y no les faltó razón. El público lo entendió y disfrutó buena parte de la noche escuchando. Algo cada vez menos frecuente.

Contrabajeando: Gaby es EL bajista de Catupecu Machu y su estilo marcó buena parte de la estética de la banda. Pero -incluso con Gaby- Catupecu se animó a renunciar a ese capital en Cuadros dentro de cuadros (2002). Sin él los juegos pendulares -con resultados artísticos concretos y positivos- siguen. "Simetría de Moebius" posterga las guitarras eléctricas -con apariciones recurrentes de criollas- y estalla en líneas de bajo profundas, movilizantes y enjambres que incluyen hasta tres bajos (Fernando, Cáceres y Macabre). El show del Luna Park permitió confirmar que la versatilidad de la banda le permite reproducirlo en vivo sin fisuras y potenciar la llegada de las canciones.

Dalelirio: Fue su primera canción, su himno iniciático, el tema que los puso en el mapa del rock local y el momento más adrenalínico / extático de cada show. Pero con el tiempo "Dale!" certificó que también es una declaración de principios. No necesariamente estéticos, pero si vitales. Hoy Catupecu suena a kilómetros de ese proto Primus de Villa Luro que ya se las arreglaba para ser. El presente de la banda es más profundo que nunca. Sin embargo, el espíritu de "Dale!" está en cada canción, cada momento, cada actitud para afrontar la vida y sus circunstancias. Eso que la vida no se las ha puesto nada fácil. ¿Hace falta detallar que el Luna alcanzó el éxtasis con cada explosión de "Dale!" y se retorció de principio a fin en una catarsis tribal de esas que muy pocas bandas pueden generar?

Para Cerati y Gaby: Los shows de Catupecu siempre fueron movilizantes y desde el accidente de Gabriel lo son todavía más. No faltó la dedicatoria de Fernando para su hermano al principio de "Dale!", el cariño de la gente en forma de cánticos y otras caricias al corazón. Pero también hubo dedicatorias y deseos de recuperación para Gustavo Cerati. Con la misma "Dale!" y con una versión a capella de "Persiana Americana" que unió a todo el Luna Park en voces, emoción y augurios de buenas noticias.

Memoria y balance: Después de casi dos horas y media de show y sin falsas idas y vueltas, Catupecu cerró el show con la brillante "Abstracto", el atrapante último tema de Simetría de Moebius. Fue el mejor cierre posible. Ya habían pasado el delirio de "Dale!", la intensidad de "Plan B: anhelo de satisfacción", el gancho de "Magia Veneno", la intensidad de "Hechizo", la melodía adhesiva de "A veces vuelvo" y la polenta de "Lo que quiero es que pises sin el suelo". "Abstracto" completó una noche con la música como única protagonista. "Vuelo, viajo hasta no volver, fuego abstracto sin fin ni por qué, sigo un rastro hasta no volver, y en un soplo vuelvo a aparecer", como dice la misma "Abstracto".


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