Ariel Rot

19 de abril de 1960, 1.30 de la madrugada, es otoño en Buenos Aires y Ariel Rot decide que ya es hora de conocer cómo es el mundo que le espera. Evidentemente, aún no imagina que el futuro le depara una guitarra eléctrica, estudios de grabación y una permanente sucesión de escenarios. Pero para eso aún falta algún tiempo, y unas cuantas papillas y vitaminas para tomar fuerza.
Una década separa la escena anterior del momento en que su hermana Cecilia (unos años después cotizada estrella cinematográfica), aparece un día en el hogar familiar acompañada de unos amigos y una guitarra eléctrica. Ariel, que ya ha asistido a clases de piano, descubre junto a su amigo Leo Sutjatovic los placeres de rasgar las seis cuerdas. El virus comienza a tomar cuerpo.
Han pasado seis años y en la vida del joven Ariel se han sucedido acontecimientos tan notables como ser el feliz propietario de una guitarra eléctrica marca Faender (que no Fender); haber compuesto una ópera rock con letra de su hermana y músicas e instrumentación realizadas junto a Leo Sutjatovic; conocer a un jovenzuelo que responde al nombre de Alejo Stivel y dejarse caer por el local de ensayo de Los Hermanos Makaroff, Sergio y Eduardo. El rock forma parte de su vida, todo se antoja sencillo, pero en Argentina la Junta Militar no le pone las cosas muy fáciles a los ciudadanos con marcada ideología progresista. Madrid no parece un mal refugio para los Rot. Un vuelo los conduce hasta el aeropuerto de Barajas. Las cartas están echadas.

ROCK AND ROLL EN LA PLAZA DEL PUEBLO
Afortunadamente, la familia de Alejo Stivel también recala en Madrid y ambos pueden disfrutar de la escena rockera de la capital mientras componen canciones juntos. En una de sus visitas a la discoteca New M&M conocen a la Spoonful Blues Band. Tras diversas peripecias Ariel ingresa como cantante y guitarrista. Poco después, Alejo se hará cargo de la voz, eso será a mediados de 1977, cuando el grupo pasa a llamarse Tequila y queda compuesto, además de por ellos dos, por Manolo Iglesias a la batería, Julián Infante a la guitarra y Felipe Lipe al bajo.
Las cosas han ido rápido y Tequila graba en 1978 su primer álbum, "Matrícula de Honor". "Necesito un trago" y "Rock and roll en la plaza del pueblo" son éxitos en todo el país. Por si fuera poco, ese mismo año el grupo al completo participa en la grabación del genial "Fiebre de Vivir" –obra clave del rock cantado en castellano– del rockero argentino Moris, residente también en Madrid.
Los siguientes cuatro años se saldan con otros tres álbumes de Tequila, en los que Ariel y Alejo, como principales compositores van dejando testimonio de su crecimiento musical. Los éxitos se suceden. Tequila es un fenómeno de masas, además de todo un revulsivo en el panorama musical español: rock adolescente, directo y, a la vez, tremendamente cosmopolita, que lo mismo gusta a chicos que a chicas, sin desdeñar a curtidos rockeros. Los éxitos continúan incansablemente: "Quiero besarte", "Me vuelvo loco", "Mira a esa chica", "Dime que me quieres", "Salta!!"…
En la cresta de la ola, mantener el equilibrio no es fácil y no resulta complicado dejarse llevar por los excesos: de juventud, ingenuidad y drogas. Tequila desaparece en 1983 con bastante menos ruido del que hizo en sus primeros días. Ariel tendrá que buscarse la vida él solito.

DEBAJO DE UN PUENTE
"Debajo del Puente" (1984) es el título escogido para su primer LP en solitario. Un notable debut que contiene canciones tan brillantes (pese a lo oscuro de su contenido) como "Detrás de la puerta", "Debajo del puente", "Veneno" o la sensacional "Los pactos". La continuación natural de ese álbum llega un año más tarde, en 1985, con la publicación de "Vértigo". Disco en el que la música negra comienza a hacer acto de presencia para acompañar, otra vez, textos oscuros surgidos de la pluma del propio Ariel o de su amigo Sergio Makaroff, afincado en Barcelona desde unos años antes y fiel compañero en las más diversas aventuras musicales y a quien Ariel ya ha producido un single en 1982, como haría en 1983 con el LP "Persecución" de los Pistones. Banda con la que repetiría labores de producción en 1986 en el disco "Canciones de Lustre".
De nuevo estamos en Buenos Aires, es 1985, Ariel anda promocionando su obra en solitario y en una emisora de radio conoce a Andrés Calamaro. Surge la amistad entre ambos y participa como guitarrista en la grabación de "Vida Cruel", segundo disco en solitario del futuro cantante de Los Rodríguez.
Con sus dos primeros discos no ha ocurrido gran cosa en España y Ariel decide fijar su centro de operaciones en Buenos Aires, donde subsiste trabajando en la realización de jingles publicitarios.
En 1987 regresa temporalmente a España y le echa una mano a Sergio Makaroff produciéndole "La Buena Vida". En Argentina ya es miembro formal de la banda de Calamaro. Con él graba, en calidad de guitarrista, compositor en algunos temas y coproductor, "Por Mirarte" (1988) y "Nadie Sale Vivo de Aquí" (1990), discos en los que comenzarán a sentarse las bases de lo que muy poco tiempo después será el sonido de Los Rodríguez.

BUENA SUERTE
Septiembre de 1990. La carrera solista de Calamaro no parece ir muy bien y se reúne con Ariel en Madrid. Los Rodríguez empiezan a tomar forma en las calles de Malasaña con la complicidad del antiguo Tequila Julián Infante y del batería Germán Vilella. La historia vuelve a empezar.
Como si de un grupo de principiantes se tratara, Los Rodríguez van poco a poco buscando un espacio propio desde los más modestos escenarios. Como modesta será la discográfica que editará el primer artefacto sonoro de la nueva era Rodríguez, "Buena Suerte" (1991). Disco que, pese a su título, tuvo la mala suerte de pasar bastante desapercibido, como el "Disco Pirata" que editarán en 1992. Las cosas deben cambiar.
Y cambian, tanto que el tercer álbum, "Sin Documentos" (1993), se beneficia del tirón popular de la canción que le da título. Las cosas vuelven a ir deprisa: las actuaciones se suceden de manera regular y para el siguiente, "Palabras Más, Palabras Menos" (1995), ya son más que conocidos por el público argentino y español. Las ventas cada día son más altas, los últimos y exitosos singles, "Milonga del marinero y el capitán" y "Mucho mejor", son composiciones de Ariel.
Dicen que lo bueno si breve, dos veces bueno. Las tensiones internas y las ofertas para que Calamaro retome su carrera en solitario hacen que "Hasta Luego" (1997), sea eso, un hasta luego (a lo peor, hasta nunca) de Los Rodríguez. Como curiosidad, señalar que este será el álbum más vendido de la banda. Para la historia Los Rodríguez quedarán como una de las cabezas visibles y referencia obligada del Rock Latino facturado en los años 90 y como transformadores esenciales del rock español, al que empujan hacia una nueva dimensión, siendo influencia decisiva para el rock que vendrá después.

HABLANDO SOLO
Ariel no se lo piensa mucho, ha participado de la grandeza y miseria de dos grandes bandas de rock, probablemente irrepetibles, y decide retomar su interrumpida carrera solista.
"Hablando Solo", editado en 1997, es un glorioso muestrario del talento que está dispuesto a regalarnos, esta vez acompañado de los Attractions, la banda que nació junto a Elvis Costello. Sus directos de esta época son furiosas descargas de rock desbordado y contagioso. Un grandioso espectáculo en el que se crea música sin trampa ni cartón.
Además, ha tenido tiempo de producir "Un Hombre Feo" (1996) y "Rico y Famoso" (1998), los dos álbumes con los que su amigo y socio Sergio Makaroff se reconcilia con el pop y con el mundo del disco.
Año 2000, unos dicen que hemos cambiado de siglo, otros opinan que lo haremos 365 días más tarde. Pero, qué importa: Ariel Rot tiene nuevo disco que ofrecernos, "Cenizas en el Aire", una obra madura y exquisita, un elaborado plato que nos muestra a un músico inquieto, personal, elegante y en permanente evolución.
Tras una intensa gira, Ariel se toma un descanso, produce "Las Fantásticas Aventuras del Capitán Angustia" (2001), de Andy Chango, y no reaparece hasta el 15 de marzo de 2001.
Lo hace en el teatro Jacinto Benavente de Galapagar (Madrid), donde graba en directo el álbum "En Vivo Mucho Mejor". Un recorrido por su carrera: incluyendo temas de sus etapas en Tequila, Los Rodríguez y en solitario. Para arroparlo en escena, reúne a una impresionante banda compuesta por Tito Dávila, Ricardo Marín, Pablo Serrano, Jacob Reguilón, Osvi Grecco, Dani Nel.lo, Rodney D'Assis y Ciro Fogliatta. A los que se unen como invitados especiales Ricardo Chirinos (su viejo amigo y voz de Los Pistones) y Carlos Tarque (el frontman de M Clan). La edición de "En Vivo Mucho Mejor" se completa con un DVD que recoge en imágenes lo vivido aquella noche en Galapagar.
Con el ya añejo éxito "Mucho mejor" sonando de nuevo a todo trapo en emisoras de radio y televisión, Ariel Rot se pasea por toda España durante el verano y todo el otoño de 2001.
En 2002 Ariel se toma unas merecidas vacaciones, sin disco nuevo ni salidas a la carretera. Pero la edición en verano del doble CD más DVD "Para No Olvidar-Gran Reserva 1990-1996" de Los Rodríguez, devuelve a la mejor banda española de rock a la actualidad. Ariel mira de reojo y con cariño esas grabaciones desempolvadas del olvido. Pero él anda en otra cosa, escribiendo nuevos temas.
En un año, la industria musical en España parece que ha caído en el infierno: la piratería (conocida como top manta) y un infame y sonrojante programa de televisión (llamémosle Operación Triunfo) rompen el mercado. Y, lo que es peor, la chispa de la basura musical ha prendido entre el comprador medio de pop. Una pesadilla a la que nadie puede ser ajeno. Horas bajas. Horas muy bajas las vividas durante los primeros años de este nuevo siglo. Ariel sigue en casa, ajeno al ruido de fondo, escribiendo canciones.

MENSAJE PARA FRANK
Primavera de 2003. Ariel ha pasado el invierno metido en un estudio madrileño grabando mucha de la música que ha ido componiendo en los meses anteriores: "Lo siento, Frank" es el resultado. Un disco de rock and roll para tiempos marcados por el atolondramiento musical, pero con el esperanzador renacer de las conciencias adormecidas. Las calles de todo el planeta se pueblan de gentes de todas la edades con un grito común: "No a la guerra". En España la temperatura sube y el "No a la guerra" es un NO rotundo a un gobierno que no quiere escuchar al 90% de sus ciudadanos. La policía sale a la calle y reprime con saña a los manifestantes. Seguro que Ariel Rot recuerda escenas similares. Escenas que creíamos olvidadas, de esa España inquieta de la Transición, de hace justo ahora 25 años, cuando en Madrid grababa "Matrícula de Honor", el primer disco de Tequila. Su primer LP.
No nos pongamos, en cualquier caso, trágicos y confiemos en las bondades del ser humano. Ariel, que ha vivido y visto mucho, sabe del terror que producen determinados repliegues hacia el oscurantismo. Tal vez por ello su música siempre ha sido un claro ejemplo de honestidad y dignidad personal con un alto contenido de esperanza. Tan alto como el listón musical que se pone así mismo en cada nuevo trabajo discográfico. Y "Lo Siento, Frank", su sexto álbum solista, es buen ejemplo de ello: música de calidad para días agitados. Una emocionante colección de canciones con la que intentar resituar al rock cantado en castellano (tan necesario en estos momentos) en el lugar que nunca debió abandonar. Un disco en el que recurre a esos ritmos populares que tan bien maneja para que se abracen con el rock del que es un Doctor Honoris Causa de la Universidad Popular de la Resistencia Musical. La de 25 años en primera fila dando la cara. Aniversario que celebra como debe ser, en la carretera y subido a los escenarios, a veces en formato de grupo eléctrico y a veces en acústico, como en ese segundo disco que deja su nueva obra: "Acústico", compañero de "Lo Siento, Frank".

UNA CABEZA LLENA DE ROCK
Tras el habitual periodo de encierro para componer nuevos temas, en la primera de 2005 Ariel Rot graba su siguiente trabajo, "Ahora Piden tu Cabeza", producido por él mismo y por quien se ha convertido en su mano derecha en el estudio de grabación, Jose Nortes.
"Ahora Piden tu Cabeza" es como su particular decálogo del rock, una muestra de cómo entiende la música a estas alturas de la travesía, cuando hace mucho que su sonido tiene un sello personal e inconfundible, siempre rubricado por la más alta calidad.
Tras defender en directo durante todo un año este nuevo trabajo (nominado a los Grammy Latinos en la categoría de mejor álbum de rock vocal), en mayo de 2006 Ariel Rot se une a Andrés Calamaro para una gira exclusiva, de muy pocas fechas y a lleno diario, que los hacer rodar por España para terminar el año en Argentina. Esta ha sido la ocasión en la que más cerca hemos estado de ver el viejo espíritu de Los Rodríguez de nuevo en vivo. Para Ariel supone reencontrarse con su compañero de tantas aventuras y un paréntesis necesario antes del siguiente y decisivo paso.

30 AÑOS NO SON NADA, O LO SON TODO
2007 es momento de festejar, de conmemorar que ya son treinta años grabando discos y subiéndose de manera profesional a los escenarios. Y para celebrar la efeméride, Ariel Rot y su discográfica deciden echar la casa por la ventana con un doble lanzamiento: El box set "Etiqueta Negra. 30 Años de Rock & Roll" y el CD "Dúos, Tríos y Otras Perversiones". El primero, el estuche "Etiqueta Negra", incluye –además de un completísimo y coqueto libro– un DVD con videoclips y un documental biográfico, un CD de grandes éxitos, otro con materiales raros e inéditos y el disco que también se comercializa suelto y en paralelo, "Dúos, Tríos y Otras Perversiones".
"Dúos, Tríos y Otras Perversiones" supone un verdadero festín para los seguidores de Ariel, pues nos presenta catorce de sus gemas en nuevas lecturas de estudio y, atención, con la incorporación en cada una de ellas de compañeros de viaje que suman voces e instrumentos: Amaral, Fito & Fitipaldis, Jaime Urrutia, M Clan, Lichis (La Cabra Mecánica), Fito Páez, Bunbury, Miguel Ríos, Andrés Calamaro, Christina Rosenvinge junto a Sr. Mostaza, Quique González, Javier Calamaro con los Hermanos Flores, Los Ronaldos y Pereza. Un sueño de disco y el mejor regalo de cumpleaños que Ariel Rot nos podía hacer.
2007, con Ariel de nuevo en escena, trae otra novedad, su incorporación, junto a Jaime Urrutia, al programa "La Ventana" de la Cadena Ser, en el que, una vez a la semana, este dúo de rockeros se sientan junto a Gemma Nierga para presentarnos canciones ajenas que significan algo especial para ellos.
Casi como una continuidad de ese treinta aniversario musical, Ariel Rot se une en 2008 a Alejo Stivel para reflotar a su primer grupo, Tequila. Sí, lo que parecía imposible toma cuerpo, y una de las bandas fundamentales del rock español regresa a los escenarios. Hasta el otoño de 2009 el grupo actúa incansablemente, demostrando la vigencia de un repertorio que forma parte de la memoria colectiva de todo un país. Ariel vive este regreso como la ocasión de tomarle el pulso a unas canciones que le pertenecen por derecho, regresar a un rock inmediato y musculoso en el que ejerce casi exclusivamente de guitarrista, retomar la amistad con Alejo Stivel y como la oportunidad de cerrar el capítulo Tequila como no se pudo hacer a comienzos de los años 80, cuando las circunstancias llevaron al silencioso final de Tequila.

SOLO ROT
Mientras Tequila ha estado rodando, Ariel Rot ha aprovechado para ir dando forma a nuevas canciones, doce de las cuales se incluyen en "Solo Rot", su disco de 2010. Un trabajo cuyas sesiones de grabación se inician en el otoño de 2009 en compañía de un viejo colega, Pete Thomas, el batería de los Attractions (ahora de los Imposters) que ya grabara en "Hablando Solo" y en "Cenizas en el Aire". Juntos trabajan en Madrid las bases de un disco que cuenta de nuevo con Jose Nortes como productor y que viene a demostrar que su autor hace mucho que se instaló en la excelencia musical. Otra obra que nos devuelve a la esencia del rock en nuestro idioma desde la contemporaneidad y el buen hacer de un creador excepcional.


Emilio Del Guercio: “La canción es como un bien de uso”

Tocó en Almendra con Luis Alberto Spinetta, creó Aquelarre junto a Héctor Starc y compuso “Violencia en el parque”, uno de los temas emblemáticos del rock nacional. Claro, su nombre no aparece en la grilla de los grandes festivales del género ni tiene una canción gancho para que suene en los ringtones.

Emilio Del GuercioEmilio Del Guercio conduce “Cómo hice” por Canal 7, un archivo audiovisual de la canción popular. El fin de semana pasó por Rosario, donde se presentó en el ciclo “Contemporáneo del Mundo 2010″. Allí dialogó sobre las canciones que son hoy parte de su biografía. “El pueblo elige lo que entra en sintonía con su sentimiento”, dijo Del Guercio a Escenario al explicar por qué la gente se emociona con canciones de distintos géneros, algo que muestra a menudo en su ciclo televisivo.

—El programa “Cómo hice” impacta por el formato y el contenido. ¿Cómo se te ocurrió participar de este proyecto siendo compositor?

—La idea del programa la tengo hace varios años, y después de mucho tiempo se convirtió en un programa de televisión. Surge porque después de muchos años uno ve, con respecto a la música de Almendra, por ejemplo, que la gente te trae historias ligadas a su vida, y uno toma conciencia que la canción es una especie de postal evocativa para la gente.

—¿No te llega a condicionar cuando los géneros son tan distintos al rock, que es el de tu formación?

—No, a esta altura de mi vida me tiene sin cuidado. A mí lo que más me interesa es la calidad de la canción y qué ha pasado con la canción en la vida de la gente. Eso lo respeto muchísimo. La gente primero le da interpretaciones diferentes y por otra parte la canción, como digo en la apertura del programa, es usada como bien de uso espiritual, así como usás una silla o un cubierto o una radio.

—¿El mito que la gente edifica a partir de una canción supera lo previsible?

—En el programa lo que hacemos es hacer una especie de relevamiento o un mapeo para entender sobre qué está constituida la emocionalidad del pueblo argentino. Yo no inventé el listado de las canciones, está en la mente de casi todos, si nos sentamos en una mesa de café, seguro que van a salir las mismas.

—¿Qué experiencia personal podés contar de tu paso por Almendra y Aquelarre, grupos emblemáticos del rock nacional?

—Bueno, con el tema “Violencia en el parque”, de Aquelarre, mucha gente piensa que la compuse pensando en los hechos de Ezeiza, cuando volvió Perón, y no la hice en ese momento, fue un año y medio antes. Porque a veces a los artistas nos pasa que sintonizamos situaciones, climas sociales o en la cultura de la gente y no sé por qué lo volcamos. Yo cuando hice este tema veía una cosa de violencia en la sociedad.

—¿Cuál es el común denominador que encontraste entre los compositores que entrevistaste, desde Horacio Guarany a Ricardo Soulé, por ejemplo?

—Es distinto, pero hay un común denominador y es que casi siempre el autor piensa que la canción que la gente eligió como la más emblemática no es la mejor canción que él tiene para ofrecer. Pero eso tiene que ver, por un lado, con el espíritu creativo de superarse del artista, y por otro lado, es cuando uno se saca seis fotos y elige una y otros eligen otras, o yo me quiero ver de una manera y otros te ven distinto.

—De todos modos, en la gente generalmente hay coincidencias artísticas.

— El pueblo elige lo que entra en sintonía con su sentimiento, cuando digo el pueblo me refiero a una emocionalidad colectiva, no es una cosa abstracta sino real y concreta. Queremos también mostrar que hay muchas cosas que el imaginario colectivo nos une mucho más de lo que parece. En el plano de lo político la gente tiene una sensación que todo es confrontación, pero en el plano simbólico en el que vivimos como cultura hay muchísimas cosas que nos unen, y una de ellas son las canciones, no importa por quién votaste vos y yo, escapa a todos, nos abarca a todos.

Música para los ojos

Pasó la 36ª edición de la Feria del Libro de Buenos Aires, y la música volvió a decir presente en el predio de la Rural. Libros y más libros del mundo del rock se apilaron en los diferentes stands y no faltaron los espectáculos musicales para aquellos melómanos y amantes de la literatura.

Sumo y PeterEntre los eventos más destacados volvió a estar el de Pedro Aznar, el sábado 1 de mayo, con la lectura de poemas de su libro “Dos pasajes a la noche” intercalado con un mini recital, al igual que el año pasado, al que acudió una enorme cantidad de público que desbordó la sala mayor.

Ese mismo día, Celeste Carballo y Facundo Ramírez le rindieron homenaje a todas las mujeres argentinas versionando las creaciones de Félix Luna y Ariel Ramírez, y que Mercedes Sosa supo embellecer con su espléndida voz. “Las cartas de Guadalupe”, “Dorotea la cautiva”, Juana Azurduy” y una notable versión de “Alfonsina y el mar” fueron algunos de los temas que Celeste enalteció con sus magistrales cuerdas vocales.

Otra propuesta interesante se dio en el móvil de Radio Nacional; donde los fines de semana, Claudio Kleiman y Alfredo Rosso repartían un poco de su sabiduría con algunos músicos invitados. Un gran revuelo generó la visita de Ricardo Mollo al predio.

Para escaparle a los altos precios de algunas biografías de leyendas del rock internacional, las opciones más accesibles podían ser “Sandro de América” -la vida del gitano en imágenes-, “Sumo por Pettinato”, “Peter Capusotto, el libro”, “Colección Beatles por Badía” de Juan Alberto Badía y Sergio Marchi, “The Beatlend” también de Marchi y (el ex Super Ratones) Fernando Blanco o los infaltables y ya clásicos cancioneros.

Canción Animal

"no me sirven las palabras
gemir es mejor
cuando el cuerpo no espera
lo que llaman amor
más se pide y se vive
canción animal
canción animal"

Santana


El grupo que lleva su nombre ha dado a Carlos Santana fama mundial. Durante su trayecto musical de casi cuatro décadas Carlos ha reinventado y cambiado el paisaje universal de la cultura musical. Se trata de un artista visionario quien no hace caso a los límites de estilos, cuya fluida música se destacó como música mundial o world music mucho antes de que el término apareciera en el radar de la cultura pop.

Nacido en Autlán de Navarro, México, donde existe ahora una calle y plaza pública con su nombre, es el hijo del maestro José Santana, el fallecido violinista de mariachi que dirigiera varios grupos en México y en Estados Unidos. Carlos siguió los pasos musicales de su padre, tomando clases de violín a la edad de cinco años. Sin embargo, fue varios años mas tarde, cuando su familia se trasladó a Tijuana, que Santana inició su relación con la guitarra, una relación que duraría toda la vida y que lo convertiría en uno de los máximos exponentes musicales. Desde temprana edad Carlos emuló a sus héroes: John Lee Hooker, T. Bone Walker, y B.B. King, a quienes escuchaba en las poderosas estaciones de radio Estadounidenses cuyas señales cruzaban la frontera.

En 1961, Carlos dio el gran paso mudándose desde su nativo México a San Francisco. Unos cuantos años después formó el grupo Santana Blues Band y con sus innovadores tonos, riffs llenos de alma y con el ritmo de su singular sonido influenciado por la música latina y los blues, pudo alcanzar a un público sediento por sus ideales musicales progresivos. Fue así que Carlos y compañía emergieron como gigantes de la era que definió la música del Área de la Bahía. Para finales de los años 60, su fama ya había crecido mucho más allá de sus parámetros, pero su arte no se vio afectado por esta creciente popularidad y permaneció fiel a su espíritu libre del Carlos y de su grupo.

El éxito masivo siguió rápidamente. El terminar la década Carlos había tocado para públicos enormes en teatros y arenas repletas en el transcurso de una gira por todo el país, tuvo además la oportunidad de presentarse en el venerable programa televisivo The Ed Sullivan Show. Pero fue en el festival original de Woodstock en 1969, que Santana trazó una marca imborrable en la historia de la música con su legendaria actuación, la cual hizo vibrar a las multitudes presentes y continúa contagiando, con su vigor y energía, a todo aquel que escucha o ve las grabaciones y filmaciones del monumental evento.


Santana no ha parado desde ese momento:
Como miembro del Rock and Roll Hall of Fame, Santana ha vendido más de 90 millones discos, y ha actuado para un total de más de 100 millones de personas. Se ha ganado diez de los premios GRAMMY®, nueve de estos para la disquera que lo apoyo en un singular proyecto para su trigésimo sexto álbum. Se trata del álbum Supernatural, el superéxito del año 1999, cuyas ventas actualmente sobrepasan actualmente los 25 millones de discos. Los premios otorgados a Supernatural incluyen Álbum del Año y Disco del Año, por el exitoso sencillo "Smooth".

Santana recibió un premio GRAMMY por el éxito "The Game of Love", de su álbum Shaman del 2001. Santana también ganó tres Latin GRAMMY Awards, y en el 2004, recibió el prestigioso honor de ser nombrado "Person of the Year" (Persona del Año) del Latin Recording Academy. En All That I Am, su más reciente álbum editado en el 2005, el tercero para Arista, Carlos sigue la tradición de realizar cautivantes grabaciones con una diversa combinación de innovadores artistas colegas.

Menos publicitado, pero igual de profundo como su legado artístico, es el largo historial de Santana de activismo social y contribuciones y fondos a causas humanitarias. Como culminación a sus décadas de apoyo para innumerables caridades y agencias no lucrativas en todo el mundo, él y su esposa de hace mas de 30 años, Deborah Santana, fundaron la Fundación Milagro en 1998. Con más de $2.8 millones en becas hasta la fecha, Milagro apoya a las organizaciones que promueven el bienestar de los niños con necesidades en los sectores de la salud, la educación y de las artes.

Recientemente, Santana se ha involucrado profundamente en la lucha contra la pandemia del SIDA en Sudáfrica, a través de una asociación con ANSA - Artists for New South Africa. En el 2003 dedicó todas las ganancias de su gira norteamericana para la causa. Entre otras de las organizaciones que Santana apoya están Hispanic Education y Media Group, Doctors Without Borders, Save the Children, Childreach, Rainforest Action Network, Greenpeace, American Indian College Fund, Amnesty International y el Museum of Tolerance con sede en Los Ángeles.

Ya avanzado en su cuarta década de composición, grabación y presentación, Carlos Santana se encuentra en el pináculo de su carrera; más vital e importante que nunca. Carlos personifica magníficamente la clásica virtuosidad de "la escuela vieja" y la frescura de "la escuela nueva" y por lo tanto continúa alcanzando las sucesivas generaciones de nuevos admiradores. Su característica música, que es extraordinaria e instantáneamente reconocible, combina Rock, Jazz, Blue, Soul, toques latinos, estilos multiculturales y más. Con su música y con los éxitos a lo largo de su vida, Santana ha llegado a volverse un acontecimiento cultural que transciende los estilos y abarca una gama de distintas culturas, y que ha creado la música que ha pasado a ser la banda sonora para el mundo.

La incesante creación artística y la fuente de ayuda humanitaria no han pasado por desapercibidas y Carlos ha sido honorado con muchos premios por su música y por su humanidad, además de una larga lista de premios R.I.A.A de platino y de oro por ventas sin precedentes.